Dejamos Copenhague por la mañana para volver a tierras suecas. Nuestra intención era coger un autobús hacia Malmö pero descubrimos que el tren era más barato y más rápido, además de más cómodo. No había nada que pensar.

El tiempo no acompañó en absoluto y la visita a la tercera ciudad de Suecia estuvo pasada por agua. Nos aventuramos a acercarnos al Turning Torso, el edificio más alto del país, obra de Calatrava. Está alejado del centro y nos rendimos un poco antes de llegar a él, cuando encontramos una buena vista para hacer la foto de rigor.

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Después fuimos al centro a seguir mojándonos y ver todo lo que la poca luz que había nos permitiese. Supongo que habrá más cosas que ver pero nosotros no nos alejamos mucho del centro. Después de comer y reponer fuerzas, ya de noche, fuimos al mercadillo navideño y a algunas tiendas y centros comerciales para hacer tiempo hasta que saliese nuestro tren.

El viaje fue accidentado porque no pudimos sentarnos. No sabemos si por overbooking o porque la gente se coló en el tren sabiendo que en una parada no les iban a pedir el billete. Al no tener asiento reservado tuvimos que aguantarnos. Poco a poco se fue vaciando y por fin acabamos todos sentados juntos. En Gotemburgo teníamos que esperar dos horas antes de coger el tren que nos llevaba a Skövde así que aprovechamos para cenar.

Por fin subimos al tren y resulta que se equivocan de vía y al rato tenemos que volver para tomar la vía correcta. Llegamos a Skövde con 20 minutos de retraso, cerca de las 2.30 justo cuando la gente volvía de fiesta. Pero el cansacio hizo mella y no me enteré de absolutamente nada.