Sí, sé que ya hace más de tres semanas de esto pero más vale tarde que nunca. Entre que tenía exámenes y que no he podido conseguir las fotos de Carlos hasta ahora, no he podido escribir nada de las dos fiestas gordas que hemos tenido en este tiempo: mi cumpleaños y Halloween.

Cumpleaños

El 25 de octubre fue mi cumpleaños y yo hice lo imposible por que nadie lo supiese. No me apetecía celebrar que me hago viejo. Pero a Óscar no se le pasó por alto y me organizaron una fiesta sorpresa, hasta con globos y tarta. Aunque no fue todo lo sorpresa que debería ya que a medida que llegaba la noche yo iba sospechando más y más. Cuando llegué al salón y me los encontré a todos allí cantándome cumpleaños feliz se me olvidó que me hacía mayor y me hizo mucha ilusión.

Y lo que más me gustó de todo, aparte de la tarta que estaba buenísima, fue que no estaba lleno de gente de los que a más de la mitad no conoces como ocurre en otros cumpleaños. Allí estaban los que tienen más relación conmigo y más me importan así que no podía hacer otra cosa que pasármelo bien. Después de estar allí un buen rato, seguimos la fiesta en el Bougrens para acabar protagonizando un pequeño incidente en el McDonalds donde volaron varios vasos de cocacola.

Halloween

Y la otra gran fiesta fue la noche de Halloween. Aunque aquí se celebra tan poco como en España, la mayoría de los Erasmus nos disfrazamos. Casi todos los españoles nos dividimos en dos grupos para ir todos disfrazados igual, yo me uní al de las niñas del exorcista suecas con Óscar, Fran, Carlos, Javi, Ananda y Manolo. El resto de españoles se disfrazaron de Eduardo Manostijeras. Entramos al Boulonger gratis por llevar disfraz pero sonó la alarma de incendios y tuvimos que desalojarlo para pasar un buen rato fuera, a cero grados, sin abrigos ni nada, esperando a poder volver a entrar ya que todo fue una falsa alarma.

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